Menú

POR DEFINICIÓN

La Mediación es un proceso voluntario en el que dos o más partes involucradas en un conflicto trabajan con un profesional imparcial, el mediador, para resolver sus discrepancias y encontrar una solución pacífica y satisfactoria para todos.

A diferencia de un juez, o un árbitro cuyas decisiones obligan a las partes, e implican que una parte gana y la otra pierde, la mediación busca obtener una solución válida para ambas partes, en las que ambas ganan.

Las características fundamentales de la mediación son:

Voluntariedad
Confidencialidad
Imparcialidad y neutralidad de la persona mediadora
Igualdad de las partes

ÁMBITOS DE LA MEDIACIÓN

Cualquier conflicto, entre dos o más partes, de cualquiera de los siguientes ámbitos:

Familiares: separación, divorcio, ruptura de pareja de hecho, modificaciones de medidas, discrepancias intergeneracionales, liquidación de sociedad de gananciales, cuidados y atención de otras personas, etc.
Civiles: discrepancias económicas, conflictos vecinales (ruidos, humos, molestias, usos de espacios comunes), herencias, conflictos entre inquilinos y propietarios (retraso en pago de rentas, obras de mantenimiento), responsabilidades por incumplimientos de contratos de prestación de servicios o de obras, etc.
Mercantiles: conflictos entre empresas, conflictos entre empresas y particulares, conflictos internos en empresas familiares, conflictos entre socios, conflictos en patentes y marcas, etc.

VENTAJAS DE SOLICITAR UNA MEDIACIÓN

Las ventajas que aporta solicitar una mediación para ambas partes son:
Crea un espacio de diálogo seguro y confidencial.
Asegura el equilibrio entre partes.
Facilita la comunicación y propicia la convivencia pacífica.
Supone un menor coste económico y emocional que el proceso judicial.
Las partes son las protagonistas del proceso y deciden.

¿QUIÉN PUEDE SOLICITAR UNA MEDIACIÓN?

Podrá solicitarla cualquier ciudadano, empresa, institución u organismo público o privado.

Top